Una vez una niña creció, se hizo grande y tuvo un accidente con un coche. Se quedó ciega. Ella echaba de menos ver, pero le vio el lado bueno. Ella podía hacer cosas que los demás no podían.
Un día llegó su cumpleaños y le regalaron un perrito adiestrado y...¡Por fin podía salir con sus amigas/os y dar paseos sin vigilancia! Estaba tan contenta que ni ella podía imaginárselo. Aquello para ella era como un sueño hecho realidad. Pero sus amigos se burlaban de ella porque no podía ver.
Ella decía:
-¿Por qué me decís eso? Yo también soy una persona normal que sufrió un accidente como otras personas.
Ella se fue llorando y sus amigas la estaban consolando porque a ellas le daban mucha pena. Después se enfadaron con sus amigos porque ella también tiene el mismo derecho que los demás.
Nunca te burles de las personas discapacitadas porque si te pasa eso a tí no quieres que se burlen, ¿verdad? Y tampoco te rías, porque son personas especiales, especiales de vida.
“HAY MUCHAS FORMAS DE SER DISCAPACITADOS”.
“LA UNICA PELIGROSA ES LA DE NO TENER CORAZÓN”.